¿Cambiar de hábitos garantiza que estaré mejor?
En ocasiones vienen pacientes a consulta indicando que han cambiado varios de sus hábitos y de sus conductas y no han encontrado la mejoría que desean.
Coincidiendo con el año nuevo, siempre acabamos haciendo nuevos propósitos. Es importante establecer una fecha para empezar a hacer un cambio, pensarlo, planificarlo, proponerlo, ejecutarlo, modificarlo sobre la marcha, no autocastigarnos si algo nos sale mal y seguir adelante.
¿Garantiza estar mejor? Garantiza empezar el camino para estar mejor.
El cambio por sí no garantiza estar mejor. El cambio significa empezar a hacer las cosas de forma diferente a como las estamos haciendo, asumiendo las consecuencias de lo que se ha realizado hasta la fecha.
Realizar un cambio de hábitos: dejar de fumar, dejar una relación (o relaciones) con personas que no nos son afines, ni aconsejadas, ni convenientes, hacer más ejercicio, hablar diferente, empezar terapia, cambiar de hábitos de consumo, dejar el hábito del juego… Estos cambios en sí mismos benefician a la persona que tenía hasta el momento patrones de conducta perjudiciales hacia sí mismo. Pero no borra el pasado antes del momento del cambio.
Olvidamos que, antes de la fecha del cambio, teníamos y manteníamos una serie de conductas que acarrean unas consecuencias. Estas consecuencias (sean del tipo que sean) no desaparecen con el cambio. Deben asumirse y tratarse dentro del proceso del propio cambio.
Los objetivos que uno debe proponerse para cambiar deben estar encaminados a conseguir aquello que queramos. Teniendo en cuenta qué:
- No todo lo que nos proponemos es accesible, asequible ni lograble… Quedarse cerca de un ideal no es un fracaso. Cada pequeño logro debe considerarse como bueno. No lograr la finalidad última de aquello que nos proponemos en su totalidad no debe justificar abandonar el proceso de cambio. Se cambia poco a poco…
- Los objetivos que nos tenemos que marcar para conseguir deben estar repartidos en el tiempo, unos más cercanos que nos confirmen que vamos por buen camino, y otros más lejanos que nos hagan de guía en el proceso para no perdernos.
- Una recaída en viejos hábitos debe estar contemplada como posibilidad. No necesariamente debe arruinarnos todo el proceso. No somos infalibles, al contrario, como personas falibles que somos, debemos saber que podemos intentar conseguir aquello que nos propongamos en varios intentos. No por ello somos peores, incapaces o no hábiles para lograr el cambio.
- Pedir ayuda para conseguir el cambio es importante, quizá solos no podamos. No por ello somos peor que el resto de las personas. Cada persona tiene su ritmo, su manera de hacer y de asumir las situaciones que se pueden derivar del cambio.
- Tener en cuenta que proponerse hacer cambios en la vida de uno no es un borrón y cuenta nueva. Las consecuencias de aquello derivado de nuestra conducta anterior seguirán ahí. Deberemos tratarlas y trabajarlas como cualquier parte del cambio que se está llevando a cabo.
- Proponerse una fecha de inicio es bueno, no agobiarse por una fecha de final también lo es. Cada uno tiene su tiempo y su ritmo para hacer las cosas.
¿Seguimos?