El mundo de las relaciones (revisado)

El mundo de las relaciones (revisado)

30 junio, 2022 Autoestima Psicología On Line 0

El mundo de las relaciones personales

La palabra mundo, en su primera entrada de la RAE (Real Academia Española), en su diccionario de la lengua, indica: “1. m. Conjunto de todo lo existente”. Imaginad lo que puede caber en una relación entre, en principio, dos personas.

Podríamos haber puesto relaciones amorosas, relaciones personales privadas, relaciones… y podríamos continuar intentando definirlas. Se han escrito canciones sobre las relaciones de grandes amores, poesía, teatro, grandes novelas, cine… Y seguimos tropezando en los mismos estereotipos y en las mismas problemáticas que ya se describían en la antigua Grecia.

Hombre y mujer tomados de la mano. pareja amorosa manos juntas, cerca Foto gratis

Pensad ahora mismo en vuestras relaciones, pensad en la relación que os gustaría tener, pensad en vosotros mismos, ese sentimiento vuestro y personal, hacia dónde van o se encaminan vuestros sentimientos, hacia dónde están más próximos: serenidad, caos, paz, infelicidad, desespero, contrariedad, frustración, animosidad, tranquilidad, felicidad, tristeza… Así como de difícil es entender vuestros sentimientos, pensad ahora en vuestra “pareja” …

Cuidado con esto. Estamos suponiendo cuando pensamos en lo que siente por nosotros nuestra pareja. Suponer no significa certeza. O preguntamos directamente, o no podremos tener la certeza. Incluso preguntando directamente, nada nos garantiza tener certeza absoluta. Pero ahí entra la confianza y el compromiso de las personas, pensar que tenemos la respuesta adecuada y cierta en cada momento para poder vivir y sobrevivir en las relaciones. Y es que las relaciones son un ejercicio de creencia y confianza hacia el otro (sea éste quién sea, en número y en persona).

Necesitamos confiar y creer en nuestras relaciones para funcionar en el día a día. Cuando nos desacompasamos en nuestras relaciones lo “normal” sería volver a encontrar el compás perdido y volver a seguir ese ritmo que nos hace estables y afianzados en tiempo y forma dentro de la relación. Pero ocurre que, en ocasiones, nos desdibujamos, dejamos de ser nosotros mismos para volver a buscar ese compás que nos hace estables.

Y aparece la siguiente pregunta:

¿estamos en el sitio que queremos estar, haciendo lo que queremos hacer y con la persona con la que queremos estar?

Pensar que sí, pero realmente respondernos que no… Es esa desestabilización de la relación lo que las convierte en una caricatura de lo que debería ser una relación. Cuando los intereses no son comunes en las relaciones de pareja acaban desdibujando la relación hacia algo grotesco y mal entendido, difícil de llevar.

Las relaciones deberían ser un continuo fluir entre las personas que la componen, sea esta composición de la forma que sea (recordad el significado de mundo…). La relación debe aportar estabilidad, debe aportar complicidad e intereses comunes. Si aprieta, si hace daño, si no encaja en la normalidad de uno, si comporta sufrimiento, si comporta desestabilidad, descontento…, como se diría en lenguaje coloquial actual: “aquí no es”.

En ocasiones se busca la ayuda de un profesional para encauzar la relación. Entendamos que la terapia de pareja no tiene como finalidad última salvar la pareja. La terapia de pareja tiene, entre sus muchas finalidades, encontrar si la pareja puede o no continuar en los términos actuales y/o decidir en qué términos vamos a continuar la relación si ésta la consideramos viable. Puede que el resultado no nos complazca, pero sí saldremos conociéndonos, quizá, un poco más y sabiendo qué queremos y qué no queremos en nuestras relaciones.

Forzar una relación no nos va a llevar a nada bueno, ni estable, ni duradero. El dolor, el ir desacompasados, el aporte desigual en la pareja acabará pasando factura y, en ocasiones, conllevará la ruptura y el dolor de sus “ocupantes”. Aportará desgaste, desilusión y desconfianza en las próximas relaciones.

Acudiremos a profesionales para que nos ayuden a encontrarnos a nosotros mismos e intentar ser nosotros mismos en ese mundo de las relaciones.

¿Seguimos?

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