Conversaciones incómodas

Conversaciones incómodas

20 julio, 2025 Psicología Psicología On Line Relaciones 2

Clave: validación, escucha activa, reformulación, respeto.

En muchas ocasiones me preguntan cómo pueden dejar de discutir. Cómo se puede parar, en medio de una discusión, y hacer todas las cosas que “teóricamente” funcionan en una buena comunicación.

En medio de una discusión fuerte, no se puede razonar, lo único que se puede hacer es parar.

Tampoco hay que dejar que la situación se nos escape de las manos, porque si ya no podemos razonar, quiere decir que estamos en formato supervivencia. Y en ese formato, solo caben dos opciones, atacar y/o huir.

Con el ataque y huida, lo que hacemos es defendernos, con lo que tenemos, que no es otra cosa que el conocimiento que tenemos del otro, de sus puntos débiles, de sus flaquezas y de aquello que sabemos de lo que no está orgulloso o se avergüenza. Y atacamos recordando esas cosas, para hacer daño, para no quedar por debajo (por decir alguna posición). Lo que necesitamos es defendernos atacando y luego huyendo para coger distancia.

Para ello, las conversaciones, que sabemos que son difíciles, deben realizarse en momentos de calma. Dejarlas pendientes, significa que van a salir en formato reproche más adelante. Dejarlas no significa validarlas, significa que van a volver más fuertes, con munición del pasado y con más conocimiento por parte del otro de lo que nos esperábamos.

Debemos buscar el momento adecuado, que nos permita mirarnos. Hacerlo mientras cocinamos, trabajamos o estamos haciendo otras cosas, significa que estamos con nuestra atención dividida y no se va a prestar la suficiente escucha activa e intencionalidad de solucionar como cuando estamos prestando toda nuestra atención. Debemos mirarnos, estar pendientes de nuestras reacciones y de las reacciones ajenas y evitar “aspavientos”, exclamaciones de fastidio o de desaprobación.

Para no llegar a extremos que no se puedan manejar, el flujo de información entre ambas personas que se tratan (sean pareja, sean socios de trabajo, amigos, etc.) debe ser fluido (no necesariamente constante).

Debemos, lo primero de todo, validar a la persona que tenemos delante. Podemos no estar de acuerdo, pero debemos respetar lo que siente y lo que nos indica (aceptarlo o no es otra cuestión diferente, pero sí respetarlo). Esta validación depende de que realicemos una escucha activa de lo que nos indica.

Con escucha activa me refiero a escuchar para entender, no para responder. Si estoy en formato respuesta, estoy a la defensiva, busco algo para responder… Se trata de entender, sin reprochar, sin cuestionar. Escuchar lo que se nos está explicando (sus razones y sus sentimientos incluidos). Podemos o no estar de acuerdo, pero eso lo diremos más adelante. El primer paso es validar eso que nos están explicando. Por nuestra parte debe aparecer un “comprendo”, “entiendo”, “puedo aceptar” …

A continuación, y antes de nuestras argumentaciones, haremos una reformulación para estar seguros de que hemos entendido. Explicando al otro que le hemos entendido con  nuestras palabras y sin repetirnos, y asegurándonos y asegurando que hemos realizado esa escucha activa.

Esperaremos del otro el mismo trato que hemos ofrecido: la misma escucha activa, el escuchar para entender y no para responder.

Debemos respetar turnos de palabra, sentimientos y emociones. Las emociones no se cuestionan, se aceptan y se respetan. Tanto las propias como las ajenas.

Es normal no tener el mismo punto de vista para todo. Es normal no coincidir en muchos aspectos. Es normal cambiar de opinión, estamos en nuestro derecho a hacerlo. No por ello vamos a dejar de ser nosotros o no vamos a ver perjudicados, ni todo nos perjudica. Nadie hace las cosas para fastidiarnos a propósito, ni ese es el propósito de su vida, el fastidiar a los otros (buenos, casi nadie). El mundo no conspira contra nosotros. Las cosas ocurren. Hace falta hablarlas de forma civilizada y sin tratar de imponernos a los demás, nada nos valida a nosotros por encima de los demás.

¿Seguimos?

Si te ha gustado, ¡compártelo!

2 comentarios

  1. Ana dice:

    Tienes razón, no validamos la otro en un momento de calentón pero quizás debemos aprender a controlarlo y empatizar. Muchas gracias Sandra🫂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies