Si crees que hay algo raro, es que hay algo raro
Haz caso a tu instinto, difícilmente se va a equivocar. Normalmente cometemos el error al ignorar ese instinto que nos libra de cometer errores.
Os hago una breve descripción de varias conversaciones mantenidas con una paciente:
«Quedo con él, no lo vi claro… Vuelvo a quedar, tenemos intimidad… Sigo sin verlo claro. Pero vuelvo a quedar. Sigo sin verlo claro e incluso hay algo que me incomoda, pero seguimos con la dinámica… Al cabo de 3 semanas vivimos juntos o algo parecido, ya sólo usamos una casa. Sigo incómoda… Pero sigo teniendo intimidad e intentándolo porque creo que vale la pena. Al cabo e 8 meses me ha dejado diciendo que no funciona… No entiendo…»
Esta conversación es muy común en muchas de mis sesiones con pacientes. A veces son 8 meses, a veces 2, a veces varios años.
Mi pregunta es: si hay algo que te incomoda, si ya no ves las cosas bien, si crees que hay algo que no está bien o no encaja, ¿por qué lo seguimos intentando una y otra vez?
En estos casos de insistir donde no se nos ha llamado, lo único que podemos perder será la dignidad, así como la autoestima y la seguridad en nosotros mismos. Insistir para que la relación funcione no nos sirve para nada.
Hubo hasta una vez que me dijeron: mis abuelos decían que las cosas había que arreglarlas. Y digo, sí, hay que arreglar lo que en su día funcionó. Pero, si no ha funcionado desde el principio, si desde el principio ya vemos cosas que no funcionan, no encajan, no nos parecen correctas, ¿por qué insistimos? ¿Qué conseguimos? Sólo un apego raro y desorganizado, obsesivo de narices, que hará que entienda que las relaciones si no funcionan es porque no les he puesto el empeño necesario.
Y sí, toda relación se trabaja, pero si funciona, si vale la pena trabajar en ella, si podemos obtener algo a cambio. Sólo con obsesión y empeño no conseguiremos nada.
Haced caso a vuestro instinto, y cuidaos un poco más a nivel emocional!